jueves, 15 de enero de 2009

Time escapes

Corrían los años 60, Leocadia era una mujer entrada en la cuarentena , viuda y con tres hijos, que trabajaba como secretaria en una Caja de Ahorros para sacar a su familia adelante.Se levantaba bien pronto cada mañana para llevar a los pequeños al colegio, hacer las labores del hogar y marchar a la oficina. Leocadia nunca se quejaba pero ansiaba el momento en que sus hijos fueran mayores para poder disfrutar un poco mas de su tiempo libre y emplearlo en bordar y tejer y salir con sus amigas a jugar al tute.

Leocadia era una mujer muy querida en su trabajo, por su carácter afable y su sempiterna sonrisa. Pero sobre todo por su capacidad de organización y su memoria de elefante. Leocadia se volvió la mano derecha del director, sus ojos y sus oídos. No había cliente o pagaré que se escapara de su atención.

Los años fueron pasando y llegó la edad de la jubilación. Leocadia se sentía feliz porque al fin podía disfrutar de su anhelado descanso y además tendría más tiempo para dedicárselo a los nietos que habían ido llegando. Los sacaba al parque, los daba la comida y la merienda, los llevaba al río, les tejía jerseys de lana gorda.Leocadia contaba miles de historias de los años de la guerra, sus años mozos, de aquel pretendiente vestido de militar que fue a recogerla al baile y ella, muerta de vergüenza, salio corriendo y jamás lo volvió a ver, de la boda con su marido, las penurias para poder comprarse un vestido de novia, un traje de chaqueta azul marino que al final le fue prestado por su hermana mayor, el nacimiento de sus hijos, el de sus nietos. Leocadia nunca callaba y siempre tenía miles de anécdotas que contar. El paso del tiempo hizo que ya no fuera necesario que Leocadia cuidara de sus nietos, que ya eran mayores y tenían sus obligaciones. Cada vez se encontraba más sola, pero lejos de sentirse atrapada por la melancolía, Leocadia organizaba una vez al mes una comida para todos sus parientes, sabiendo que ninguno de ellos podía resistirse a sus artes como cocinera.

Poco a poco la sal empezó a olvidarse en algún que otro plato, y las historias que Leocadia había vivido comenzaron a reiterarse. Al principio las contaba siempre cada vez que su familia se reunía con ella, después comenzó a repetirlas dos y tres veces en cada comida. Sus hijos tenían nombres que bailaban y ya no recordaba cual de todos era su nieto mayor. Los colores se volvieron difusos y las frutas y verduras pasaron a ser “esa cosa que se come”.

Leocadia no está enferma, simplemente el paso inexorable del tiempo le ha hecho perder la memoria. Y todos aquellos que la rodean, se vuelven impacientes e irascibles porque no comprenden la paulatina decadencia en que se ha visto envuelta la señora Leocadia.

Muchas veces me siento con ella a comer una menestra, algunas veces sin sal, y la miro fijamente como para intentar hacer que recuerde las cosas, Sé que ella puede, tan solo necesita tomarse su tiempo. Ese que creyó ganar en su día y , ahora , le esta haciendo perder todo.

13 comentarios:

En las nubes. dijo...

Que triste es en ciertos momentos el paso del tiempo. Lo que necesita ahora es mucho mucho cariño...
Ha hecho demasiado por los demas y ahora es lo que se merece...¿verdad?

Un besazoooo enormeeee

Sandra dijo...

Es que a veces se nos olvida que todos vamos a llegar a eso, todos nos vamos a hacer viejos. Así que hay que tenerles el respeto que se merecen, yo al menos lo veo así.

Besos guapa.

X dijo...

Envejecer es una mierda, aunque la alternativa no es menos siniestra. :S

Casandra dijo...

Jolines, cariño, cuánto lo siento. Es muy triste que el tiempo borre tus recuerdos. Pero al menos Leocadia tiene a una personita que está a su lado cuidándola y acompañándola: ojalá todos tengamos esa suerte cuando seamos viejitos.

UN BESITO Y THANKS POR TUS ÁNIMOS, BONICA!! MUAK!!

Patri *Lilaygris* dijo...

que triste, es lo que mas panico me da del paso del tiempo, el olvido...

y por cierto, dejame felicitarte por tu forma de escribir, es impresionante.

un besito!!

elniñotriste dijo...

Como bien decía Julia, es triste el paso del tiempo... Yo por eso me niego a crecer; pienso ser siempre el niño que fui ayer y que soy hoy Obviamente mi cuerpo crece y con ello mis problemas, mis responsabilidades y mi aburrimiento Pero sigo pensando que lo importante es mantener vivo al niño que llevamos dentro, él será quien nos deje la felicidad... al alcance de la mano o no?

En vez de enfado, a esa buena mujer hay que devolverle todo el cariño que ella os ha regalado a lo largo de toda su vida Así deberían funcionar las cosas, lo entendamos o no...

Un placer volver por aquí, cuidate wapa

Muxus & Rekuerdos desde el Norte!

MásQueRopa dijo...

Y q trist es q los q stan ok no tngan paciencia mas q para ellos y cuiando stan ko necesiten los mimos de todos sin darse cuenta de q no se lo merecen.

bss wapa!

Blaudemar dijo...

Yo siempre digo que hay que tener paciencia. Que no sabemos cómo estaremos nosotros.
Cuando tenía 18-19 años y estudiaba cuidé una temporada a una señora muy mayor (90 y pico). El trabajo consistía "sólo" en ir a dormir a su casa (evidentemente no era ningún chollo). Y me daba mucha pena cuando día tras día me contaba las mismas historias. Recordaba el pasado, pero era incapaz de recordar que hacía solo media hora ya me la había contado, o si se había tomado las pastillas, o qué hora era, y por qué tenía que ir a dormir a la 1 de la madrugada si acababa de ver la telenovela (en vídeo, se la grababan para q recordara el capítulo el día siguiente).

Leoacadia te tiene a tí. Y a pesar de esos momentos de olvidos lógicos, siempre tienen estos otros en que están plenamente conscientes.

Besos!

Sinner dijo...

Ay que historia más triste niña... lo peor es que la mayor parte de nosotros (me incluyo) muchas veces nos olvidamos de que algún dia nos ocurrirá a nosotros...

SARAY dijo...

que entrada mas triste, y mas aun viviendola como estoy ahora, cuidando de una anciana inglesa de 91 años, sola en la vida con un unico hermano dos años menor que ella viviendo en canadá, y contandome cada dia las mismas cosas, recordandome cada 5 minutos que baje las persianas...
Es tan triste...yo no quiero verme así, tengo mucho mucho miedo de estar haciendome mayor, por eso intentaré vivir dia a dia al maximo, y aunque luego no me acuerde...siempre me quedará mi blog no? besitos mil

Olivia dijo...

Julia:
Es una pena que nos olvidemos de lo que la gente mayor ha hecho por nosotros. Al final todos nos volvemos unos desagradecidos...

Un beso

Sandra:
Pero siempre lo vemos tan lejos...que nos olvidamos de que algun dia nos tendra que cuidar a nosotros.

Un beso

X:
No se yo que es más siniestro de las dos, si morir o vivir como si ya estuvieras muerto porque nadie te hace caso, o no te acuerdas de nada o...vete tu a saber.

Hay veces que la vida parece una puta mierda!!!

Un beso

Olivia dijo...

Casandra:
Ojala a todos nos cuiden cuando seamos meyores!!!Pero tal como vamos evolucionando, que ya no hay respeto por la gente mayor, no se yo...

Espero que estes mejor de la gripe!!!

Un besote

Lila y gris:
Gracias!! A mi tb me da pavor hacerme vieja. Que le vamos a hacer!!Al menos espero poder contarlo.
Un beso


Elniñotriste:

Gracias por tu visita otra vez!Yo tambien creo que hay que devolverles el cariño que nos dado de forma gratuita multiplicado por mil!

Un beso

Olivia dijo...

MqR:
Es muy triste que nos olvidemos de quienes han dado todo por nosotros. La vida es muy injusta a veces.
Un beso

Blaudemar:
Es verdad que tienen momentos de lucidez, pero luego cuesta aceptar que se sumergen en su mundo y dejan de acordarse de las cosas. Es una pena!

Un beso

Basileia:
Gracias por venir por aqui!!
Un beso

Saray:
Menudo valor tienes!! Yo no creo que fuera capaz de cuidar a nadie que sobrepase los 80 años y que no sea de mi familia. En serio, es admirable!
Un besito