6, 17 h. de la mañana. Una larga fila de personas se extiende en la estación de autobuses. Todas con caras de sueño, algunas incluso con caras de resignación, se disponen a acudir a sus trabajos. Como cada mañana, desde hace unas semanas, Alicia se monta en el autobús que la lleva a Madrid. Suele quedarse dormida nada más comenzar el trayecto pero, en los últimos días, un chico moreno de ojos almendrados distrae su atención y despeja sus bostezos. El también coge el autobús en la misma estación y baja en la misma parada, pero las prisas hacen que se pierda entre los andenes del metro. Alicia se entretiene por el camino imaginándose cómo se llama ese chico tan guapo, que todos los días se queda dormido en su asiento. Puede ser que se llame Mateo y es un joven altruista y comprometido que trabaja en una ONG ayudando a los mendigos que pernoctan en las calles, otros días es Ignacio, un apuesto arquitecto embarcado en un proyecto internacional de gran relevancia, y otros es Tino, un batería de un grupo de rock que da conciertos hasta el amanecer y duerme de día.
Alicia ha estudiado todos sus movimientos, la ropa que lleva, y si se sienta cerca sabe cual será la siguiente canción en sonar en su Mp3. Pero no es la única, él también se ha fijado en ella. Sabe que sube y baja en su misma estación, que todas las mañanas lleva un libro en los brazos aunque nunca lo abre y que nunca viaja sin llevar los cascos puestos. Han intercambiado miradas llenas de legañas dentro del autobús y alguna que otra tímida sonrisa fuera. Cada mañana sus silencios dicen más que cualquier palabra perezosa.
Esa mañana será la última en la que Alicia utilizara esa ruta. Espera con ilusión subirse al autobús para verle. Sabe que él ya está sentado porque era el segundo de la cola. Su sorpresa es mayúscula cuando descubre que el asiento contiguo está libre, así que decide colocarse a su lado, pero él ya está dormido. Transcurre todo el viaje en silencio, haciendo pequeños movimientos para intentar que él abra los ojos y la mire Sube el volumen de su reproductor aun a riesgo de quedarse sorda, pero él no se inmuta. “Despierta, despierta”, grita ella para sus adentros. “Es la ultima oportunidad que tengo de verte, despierta !coño! “parece querer decirle con un sutil codazo.
El bus entra en la estacion. Los pasajeros se ponen de pie y uno a uno comienzan a bajar. Alicia se hace la remolona mientras da tres vueltas a su bufanda y se abrocha los botones del abrigo. El sigue durmiendo plácidamente. Ella coge el bolso y baja las escaleras que la llevan a la parada del suburbano. Se gira, como para decirle adiós, pero él ya no esta en su asiento. Está delante de ella, con una sonrisa burlona exclama “Mejor si me hubieras despertado antes” y se marcha confundiéndose entre la gente que se agolpa en los andenes.
Alicia ha estudiado todos sus movimientos, la ropa que lleva, y si se sienta cerca sabe cual será la siguiente canción en sonar en su Mp3. Pero no es la única, él también se ha fijado en ella. Sabe que sube y baja en su misma estación, que todas las mañanas lleva un libro en los brazos aunque nunca lo abre y que nunca viaja sin llevar los cascos puestos. Han intercambiado miradas llenas de legañas dentro del autobús y alguna que otra tímida sonrisa fuera. Cada mañana sus silencios dicen más que cualquier palabra perezosa.
Esa mañana será la última en la que Alicia utilizara esa ruta. Espera con ilusión subirse al autobús para verle. Sabe que él ya está sentado porque era el segundo de la cola. Su sorpresa es mayúscula cuando descubre que el asiento contiguo está libre, así que decide colocarse a su lado, pero él ya está dormido. Transcurre todo el viaje en silencio, haciendo pequeños movimientos para intentar que él abra los ojos y la mire Sube el volumen de su reproductor aun a riesgo de quedarse sorda, pero él no se inmuta. “Despierta, despierta”, grita ella para sus adentros. “Es la ultima oportunidad que tengo de verte, despierta !coño! “parece querer decirle con un sutil codazo.
El bus entra en la estacion. Los pasajeros se ponen de pie y uno a uno comienzan a bajar. Alicia se hace la remolona mientras da tres vueltas a su bufanda y se abrocha los botones del abrigo. El sigue durmiendo plácidamente. Ella coge el bolso y baja las escaleras que la llevan a la parada del suburbano. Se gira, como para decirle adiós, pero él ya no esta en su asiento. Está delante de ella, con una sonrisa burlona exclama “Mejor si me hubieras despertado antes” y se marcha confundiéndose entre la gente que se agolpa en los andenes.
18 comentarios:
Definitivamente era Tino. Los Tinos no esperan a las princesitas. :)
Jooooo que rabiaaaa....
Si nos atreviéramos a hablar cuando lo deseamos la vida nos trataría de otra forma (no sé si mejor...). Yo soy doña oportunidades perdidas por culpa de mi ¿timidez?
Besos!
Yo creo que es Mateo, como va pensando en sus cosas y en lo que dará de cenar a los vagabundos esta noche, no ha reparado en que hoy tenia que despertarse porque mañana ella ya no estará y no podrá ayudarle en su labor...
Que rabia me da cuando se dejan las cosas pasar!!
Besos!
Eso le pasa por no actuar antes, no hay que dormirse en los laureles ;)
Besos.
Siempre puedes cerrar los ojos y seguir su perfume ;)
que narices!!! en esta vida si no te arriesgas no ganas....habla con él!!! seguro que el también quiere y no se atreve....
me encanta como te maquillas los ojos, me podías recomendar una paleta de sombras de ojos??? para hacerme el efecto ahumado ese tan chulo que llevas tu en la foto
suele pasar... hay que reaccionar siempre a tiempo, sino ocurren estas cosas, que al final las oportunidades se escapan...
ay, que penita...
besotes!!
Jolineeeees!!! :-S Me ha dado mucha rabia, bua!
Te mando un beso enorme, solete!! Que tengas buen miércoles!!! :o)
Yo lo hubiera despertado de un sútil codazo jajjaja ^^ besitos
X:
Vaya! Y ¿por qué piensas que ella es una princesita?
Julia:
Jajaja, si, cosas que pasan...
Blaudemar:
Esto es solo un ejemplo de lo que perdemos por no decir las cosas cuando las sentimos.
Hay que superar la timidez! O al menos intentarlo...Yo estoy en ello.
Un besote
Basileia:
Si, da mucha rabia dejar pasar las oportunidades pero que se le va a hacer...
Un besote y bienvenida
Sandra:
Pero es que al pobre le entra un sopor por las mañanas xD
Un besito
Nimrod:
Con el olor a humanidad que hay en lso transportes publicos, mejor que no!
Un beso
Yopopolin:
De todas formas yo siempre creo que las cosas ocurren por algo. A lo mejor si el chaval abre la boca, resulta que es tonto o un creido, o vete a saber. Casi mejor haberlo dejado como está!
Un beso
Cas:
Puede que fuera un futuro Paco de esos de lso tuyos, asi que no pasa nada ;)
Un besote
Izas:
Gracias por pasarte por aqui! Nunca habia dado un "consejo de belleza" pero ahi va. Utiliza una sombra negra y mezclala con un azul oscuro o gris para conseguir el efecto ahumado. Puedes comprar sombras monocolor baratas de marcas como Margaret Astor, en la seccion de cosmeticos de Zara o Hym...o comprar alguna mas cara de Sephora (marcas TooFaced, Cargo...) que son algo mas caras pero el resultado tambien es mucho mejor.
Ya me contaras como te sale
Un beso
Aicha:
Jajaja, creo que se intentó pero no hubo manera...
Un besito guapa
Lo pienso porque no es capaz de llevar la iniciativa, como mucho de sentarse a su lado, intentar despertarle, pero sin ir más allá, siempre esperar a que haga todo el trabajo... ummm los tiempos han cambiado, yo necesito una mujer decidida porque para tímido me valgo solo jaja. Claro que yo no soy Tino, ni tu Alicia. ;-)
X:
Pero que comodones sois los tios no? O sea que como los tiempos cambian , tenemos que entraros nosotras.
La excusa de chico timido no me sirve!Nosotras tambien somos timidas.
No creo que Alicia sea para nada cortada a la hora de entrar al genero opuesto, pero me imagino que no era plan atacarle mientras el otro soñaba con los angelitos.
Claro que como no soy Alicia pues no conozco su estrategia. xD
me encantan tus historias....esto es real??
porque no le dice nadaaaaa yo no hubiese aguantado!!!
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