jueves, 7 de agosto de 2008

Decepciones

Tengo la manía de hacer balance de todo lo que me ha ocurrido cuando una etapa de mi vida llega a su fin.Así en Diciembre o cuando aumenta en una cifra mi edad escribo todo lo que me ha pasado para recordar lo bueno, olvidar lo malo y pulir defectos. En 2008 voy a tener que sumar un balance más porque hay muchas cosas de mi experiencia aquí que no quiero que caigan en saco roto.

Hoy me gustaría hablar de amistad, de decepciones, de convenciones sociales y juicios innecesarios a los que nos vemos sometidos sin haber recibido invitación.


Siempre fui una mocosa muy tímida pero ,al llegar la adolescencia, la timidez enfermiza se desvaneció (nunca del todo, simplemente ahora consigo disfrazarla) y fui consciente de lo fácil que me resulta congeniar con la gente, tenga la edad que tenga y sea de donde sea. Supongo que, todos los años que pasé observando a la gente sin mediar palabra a causa de mi incapacidad de relacionarme con ellos, me hicieron conocer a las personas mucho mejor. De ahí, de la necesidad de comunicar todo lo que durante años estuvo guardado, nació mi curiosidad por aprender idiomas.Pero este es otro asunto.



En el instituto hice muy buenas amigas, especialmente 4 chicas con las que iba a todas partes. El tiempo fue pasando y llegó la hora de ir a la universidad. Mi decisión de volar del hogar paterno estaba tomada desde hacía tiempo atrás pero mis amigas lo tomaron como un acto de rebeldía. Trataron de disuadirme de todas las formas posibles y creo que no asumieron la realidad hasta que me vieron montada en el bus rodeada de maletas. Aún así nuestra amistad siguió hacia adelante. Mi círculo se amplió, conocí a mucha gente pero siempre hablaba de mis 4 amigas, de las 4 mosqueteras (sí eran 3, ya lo sé). No me perdí ningún cumpleaños ni evento importante en sus vidas aunque tuviera que coger el tren para volver a casa.

Cuando me concedieron la Erasmus, volvía ser objeto de sus comentarios (sé que muchos de ellos a mis espaldas).A mi vuelta en Navidad algo se había roto. Supuse que el no vivir con ellas el día a día ni hablar por teléfono como acostumbrábamos me hacía estar excluida y que muchas gracias fueran incomprensibles para mí. Simplemente estaba fuera del círculo.

Regresé de Irlanda y sin comerlo ni beberlo me había convertido en la hippie del grupo ( a sus ojos, claro) y así la distancia entre nosotras fue aumentando, y alcanzó su máximo esplendor cuando acepté la beca a Berlín. Ahora ya no era la amiga hippie, sino la inmadura, la que busca transgredir las reglas, la que no se adapta al patrón común ni a los dictados de la sociedad. A pesar de todo esto, seguí considerandolas mis amigas.

Me cuesta mucho desprenderme de todas aquellas personas que en algún momento fueron importantes en mi vida. Es un defecto que tengo más que asumido, lo sé.Me cuesta mucho dejar de querer a alguien por mucho daño que me haya hecho, me cuesta creer que los caminos que una vez convergieron, a día de hoy están separados y nunca mas volverán a unirse. Soy de las que sigue pensando que un día recibirá una llamada de algún ex compañero de colegio, al que hace unos 13 años que no veo, para invitarme a una cena de antiguos alumnos; de las que guardan entradas de cine de 1994, a pesar de que se haya borrado el título de la película porque me recuerdan mis primeras salidas con mis amigos. Soy así, una romántica estúpida.

Sin embargo, desde que vivo en Londres la distancia se ha vuelto insalvable.Antes de aterrizar, sus miradas inquisidoras me dejaron claro que me estaba equivocando por completo, que estaba postergando en el tiempo lo que en realidad supone ser adulta, es decir (según ellas) conseguir trabajo fijo, comprarme una casa y casarme.

Me he hartado de sus comentarios desafiantes y de sus aires de superioridad por ser mujeres casadas ( en 2 casos) o con el status de propietaria, o todo a la vez.Me he cansado de que la gente juzgue mi manera de entender de la vida, porque solo es mi manera,la que a mí me funciona. Cualquier otra forma es completamente válida. No quiero que me sigan poniendo etiquetas por no ajustarme a las "normas" ( por favor si conoceis esas"normas" tan famosas, os ruego encarecidamente que me paseis una copia por mail) ni que la gente piense que por estar lejos de casa ya no hay necesidad de preocuparse por mi, porque según ellos, no necesito ataduras.

No sé en que momento la gente que yo creía que me conocía bien, dejó de hacerlo. Tampoco entiendo como me encuentro más cómoda con personas a las que he conocido hace relativamente poco que con aquellas con las que he compartido media vida. Yo sigo siendo la misma, mantengo la misma esencia de aquella niña tímida que tenía miedo de jugar con sus primos porque sabía que le decían cosas que la harían sonrojar. Y por culpa de ello,de seguir siendo como he sido siempre, me veo incapaz de apartar de mi lado a tod@s es@s que un día dejaron de respetar mi modo de entender la vida.

4 comentarios:

Blaudemar dijo...

Eso mismo que describes que te pasó con tus amigas cuando te fuíste de Erasmus, le pasó a una amiga mía. Por aquel entonces era "conocida", y cuando empecé a salir con "sus" amigas, ella justo se fué a Ginebra. Al medio año, volvió y se encontró... con que no la hablaban. La ignoraban. La criticaban a todas horas.
Me preguntó a mí que qué pasaba y, la verdad, yo no me enteraba de la misa la mitad. Al final conseguí saber que "es que Ana va de guays"... "va de fashion y no lo es"... "ha cambiado mucho"... "su novio suizo la consiente demasiado" (envidia, envidia, envidia)
Total, que con el tiempo ha acabo siendo una de mis mejoras amigas... y con las otras el contacto está casi perdido.

Y a mí me pasó con las amigas del instituto. Cuando empezé la carrera, cuando luego me fuí a vivir sola, cuando "encadenaba" novios que ellas no conocían... Nuestra vida dejó de tener cosas en común, me criticaron, me pusieron verde, no me avisaban cuando salían... y claro, así no se puede mantener ninguna amistad. Y terminó muriendo.

Olivia dijo...

Blaudemar:
Yo tambien conozco algun que otro caso aparte del mío. Hay gente que me dice que todo es envidia, pero yo no puedo entender como en un grupo de amigas puede caber esa clase de sentimiento.
Gracias por comentar!

Manu dijo...

Buenas tardes!!
(hoy vengo muy animado, se nota que el haberme quitado el marrón del curro me ha liberado, mas :D )

Puntualizando ^^

L@s amig@s son aquell@s que a pesar de haber pasado tiempo fuera siempre estan disponibles cuando "tocas el cuerno" y las cosas te las dicen a la cara no por detras, afortunada tu de haberte quitado a esas cuatro petardas de encima ;)

Yo en alguna parte de ese corazón romantico que (por desgracia/fortuna) tengo, tambien lo espero, aunque despues soy realista y pienso "Pero a ver, Manolillo, ¿quien te va a llamar si fue tu epoca de parecer mas bicho?", antes me entristecia, ahora me mondo de risa recordando caretos con segun que cosas.

Es normal lo de la gente, tu has evolucionado y en tu evolucion necesitas rodearte de gente afin, la gente que conoces de media vida seguramente o ha evolucionado en una direccion totalmente distinta o se ha estancado, como en casi todo, las relaciones amistosas tienden a acabar cuando existen diferencias de corrientes de pensamiento.

Y respecto a las normas blablabla, yo siempre me las he saltado, TODAS, tapujos incluidos, asi que no te las puedo pasar, lo siento, lo que si te dire, es que si alguien pretende atarte contra tu voluntad dale una buena patada (fisica o no) alli donde la espalda pierde su nombre y deja las cosas claras ;)

Un besote, buen finde y cuidado con los guiris bebedores de cerveza (o no ;) )

Forgiven Princess dijo...

Bueno, en primer lugar gracias por pasarte por mi blog y comentar :)
La verdad, tus ''amigas'' no me parecen tan amigas... Si no aceptan que tú consiguieses becas para crecer como persona y para vivir nuevas experiencias, además de aprender... Son muy egoístas. No todo en este puñetero planeta es casarse, tener un hogar y dedicarse a echar raíces. Yo no tengo claro qué haré cuando termine el instituto, y ya te digo que quedarme aquí no es una opción. Es muy jodido ver como, incluso delante de ti, critican todas tus elecciones y tus actos.

Así que, en cierto modo... Te comprendo.

Un besazo!