viernes, 30 de enero de 2009

Se acabó la semana

¡Por fin es viernes!

Os escribo para desearos un buen fin de semana y pediros perdón porque hasta el lunes no estaré activa, que he tenido una semana un tanto dura y me merezco una miniescapada para recargar pilas.

¡Madrid me ahoga!

Que paséis un buen fin de semana.

lunes, 26 de enero de 2009

Física y química

Siempre he criticado a aquellos que ocupan la mayor parte de su tiempo en sentirse guapo y hacer que los demás así lo vean. Entiendo que verse bien y que te vean es algo necesario para aumentar la autoestima, pero no hay que llevarlo a extremos sin sentido. Mucho más me molestan aquellas personas que sólo se fijan en los demás por la apariencia que muestran. Y más me enerva todavía aquellos que buscan en una mujer una modelo de curvas perfectas y las que piensan que solo con un Adonis podrán ser felices.

Supongo que todo esto es consecuencia de que en mis años adolescentes me veía mas como un patito feo (realmente me veía como una urraca, pero yo soy algo exagerada) que como una chica guapa. Y, en parte, hoy agradezco mi pasado de difícil visualización porque me permitió ver en las personas todo aquello que no muestran.

¡Hoy os digo que estoy enfadada conmigo misma porque estoy cayendo en todo lo que acabo de criticar unas letras más arriba!

Me gusta un chico.

Un chico que se preocupa por mi, al que sé a ciencia cierta que le gusto y con el que mantengo conversaciones diarias de 2 y 3 horas (y esto no es una de mis exageraciones). La cuestión es que nos separan unos cuantos kilómetros y de momento no podemos vernos. Quizá comprendáis mejor la historia si os digo que nos conocimos una noche de juerga a través de amigos comunes y congeniamos. Pero solo nos vimos esa vez.

Y ahora que a mi me gusta un poco mas, me han entrado toda clase de miedos porque no sé si me va a gustar en persona o si habrá chispa entre nosotros. Y todo ello porque a los ojos de los demás, y a los míos propios, es feo.

Podéis criticarme todo lo que queráis porque hace falta ser necia y superficial para estar pensando eso de la persona que te gusta (y realmente me gusta) pero sólo con el hecho de plantearme esto, quiere decir que algo marcha bien en mis circuitos neuronales.

¿Qué pensáis?

miércoles, 21 de enero de 2009

1+1 son 7

Hacía muchos días que no hacia un meme y como últimamente no me pasan demasiadas cosas y la crisis parece que ya ha llegado a mis ideas, os deleito con siete de mis intimidades para que me conozcáis mejor:

-Nunca duermo con la puerta y la ventana de la habitación abierta. Y eso supone un problema porque parte de mi vida la he vivido en Madrid, y en verano llegamos a los 40 grados fácilmente.

-Me encanta el vino, pero no solo beberlo sino como se elabora, se embotella, se analiza…Cuando tenga algo de tiempo, tengo pensado hacer un curso de enología. Y un chico que sabe de vinos, ganas muchos puntos en una cita!!!

-No tendré un curso de enología pero sí tengo uno de gaélico on line, aunque tengo que reconocer que me acuerdo de muy poco…Como suena un poco friki, jamás lo he puesto en el curriculum.

-Me encantan las tostadas con mantequilla y mermelada. Mi record esta en haberme comido 9 para merendar xD

-Tengo una memoria prodigiosa y almaceno datos inútiles en mi cabeza como matriculas de coches, números de teléfono de gente a la que nunca llamo, diálogos de películas…

-De adolescente era HO-RRO-RO-SA. Larguirucha, escuchimizada, con el pelo a lo Diana Ross, gafas…Lo que viene siendo un autentico adefesio! Y ahora, pues, no estoy nada mal, pa que voy a mentiros jajajaja.

-Y si, me vuelve a gustar alguien…solo he aguantado 2 semanas sin tener protagonista de mis desvelos…Pero esto es otra historia que os contare otro rato.

lunes, 19 de enero de 2009

Amor de ida y vuelta

6, 17 h. de la mañana. Una larga fila de personas se extiende en la estación de autobuses. Todas con caras de sueño, algunas incluso con caras de resignación, se disponen a acudir a sus trabajos. Como cada mañana, desde hace unas semanas, Alicia se monta en el autobús que la lleva a Madrid. Suele quedarse dormida nada más comenzar el trayecto pero, en los últimos días, un chico moreno de ojos almendrados distrae su atención y despeja sus bostezos. El también coge el autobús en la misma estación y baja en la misma parada, pero las prisas hacen que se pierda entre los andenes del metro. Alicia se entretiene por el camino imaginándose cómo se llama ese chico tan guapo, que todos los días se queda dormido en su asiento. Puede ser que se llame Mateo y es un joven altruista y comprometido que trabaja en una ONG ayudando a los mendigos que pernoctan en las calles, otros días es Ignacio, un apuesto arquitecto embarcado en un proyecto internacional de gran relevancia, y otros es Tino, un batería de un grupo de rock que da conciertos hasta el amanecer y duerme de día.

Alicia ha estudiado todos sus movimientos, la ropa que lleva, y si se sienta cerca sabe cual será la siguiente canción en sonar en su Mp3. Pero no es la única, él también se ha fijado en ella. Sabe que sube y baja en su misma estación, que todas las mañanas lleva un libro en los brazos aunque nunca lo abre y que nunca viaja sin llevar los cascos puestos. Han intercambiado miradas llenas de legañas dentro del autobús y alguna que otra tímida sonrisa fuera. Cada mañana sus silencios dicen más que cualquier palabra perezosa.

Esa mañana será la última en la que Alicia utilizara esa ruta. Espera con ilusión subirse al autobús para verle. Sabe que él ya está sentado porque era el segundo de la cola. Su sorpresa es mayúscula cuando descubre que el asiento contiguo está libre, así que decide colocarse a su lado, pero él ya está dormido. Transcurre todo el viaje en silencio, haciendo pequeños movimientos para intentar que él abra los ojos y la mire Sube el volumen de su reproductor aun a riesgo de quedarse sorda, pero él no se inmuta. “Despierta, despierta”, grita ella para sus adentros. “Es la ultima oportunidad que tengo de verte, despierta !coño! “parece querer decirle con un sutil codazo.

El bus entra en la estacion. Los pasajeros se ponen de pie y uno a uno comienzan a bajar. Alicia se hace la remolona mientras da tres vueltas a su bufanda y se abrocha los botones del abrigo. El sigue durmiendo plácidamente. Ella coge el bolso y baja las escaleras que la llevan a la parada del suburbano. Se gira, como para decirle adiós, pero él ya no esta en su asiento. Está delante de ella, con una sonrisa burlona exclama “Mejor si me hubieras despertado antes” y se marcha confundiéndose entre la gente que se agolpa en los andenes.

jueves, 15 de enero de 2009

Time escapes

Corrían los años 60, Leocadia era una mujer entrada en la cuarentena , viuda y con tres hijos, que trabajaba como secretaria en una Caja de Ahorros para sacar a su familia adelante.Se levantaba bien pronto cada mañana para llevar a los pequeños al colegio, hacer las labores del hogar y marchar a la oficina. Leocadia nunca se quejaba pero ansiaba el momento en que sus hijos fueran mayores para poder disfrutar un poco mas de su tiempo libre y emplearlo en bordar y tejer y salir con sus amigas a jugar al tute.

Leocadia era una mujer muy querida en su trabajo, por su carácter afable y su sempiterna sonrisa. Pero sobre todo por su capacidad de organización y su memoria de elefante. Leocadia se volvió la mano derecha del director, sus ojos y sus oídos. No había cliente o pagaré que se escapara de su atención.

Los años fueron pasando y llegó la edad de la jubilación. Leocadia se sentía feliz porque al fin podía disfrutar de su anhelado descanso y además tendría más tiempo para dedicárselo a los nietos que habían ido llegando. Los sacaba al parque, los daba la comida y la merienda, los llevaba al río, les tejía jerseys de lana gorda.Leocadia contaba miles de historias de los años de la guerra, sus años mozos, de aquel pretendiente vestido de militar que fue a recogerla al baile y ella, muerta de vergüenza, salio corriendo y jamás lo volvió a ver, de la boda con su marido, las penurias para poder comprarse un vestido de novia, un traje de chaqueta azul marino que al final le fue prestado por su hermana mayor, el nacimiento de sus hijos, el de sus nietos. Leocadia nunca callaba y siempre tenía miles de anécdotas que contar. El paso del tiempo hizo que ya no fuera necesario que Leocadia cuidara de sus nietos, que ya eran mayores y tenían sus obligaciones. Cada vez se encontraba más sola, pero lejos de sentirse atrapada por la melancolía, Leocadia organizaba una vez al mes una comida para todos sus parientes, sabiendo que ninguno de ellos podía resistirse a sus artes como cocinera.

Poco a poco la sal empezó a olvidarse en algún que otro plato, y las historias que Leocadia había vivido comenzaron a reiterarse. Al principio las contaba siempre cada vez que su familia se reunía con ella, después comenzó a repetirlas dos y tres veces en cada comida. Sus hijos tenían nombres que bailaban y ya no recordaba cual de todos era su nieto mayor. Los colores se volvieron difusos y las frutas y verduras pasaron a ser “esa cosa que se come”.

Leocadia no está enferma, simplemente el paso inexorable del tiempo le ha hecho perder la memoria. Y todos aquellos que la rodean, se vuelven impacientes e irascibles porque no comprenden la paulatina decadencia en que se ha visto envuelta la señora Leocadia.

Muchas veces me siento con ella a comer una menestra, algunas veces sin sal, y la miro fijamente como para intentar hacer que recuerde las cosas, Sé que ella puede, tan solo necesita tomarse su tiempo. Ese que creyó ganar en su día y , ahora , le esta haciendo perder todo.

lunes, 12 de enero de 2009

Through the past

Ocurrió en la primera semana del año. La calle, una de las más comerciales de la ciudad estaba abarrotada de gente haciendo sus últimas compras para el día de reyes. Yo paseaba con una amiga cuando de repente allí estaban. Era un grupo de chicos con los que hace muchos años compartíamos tardes de risas y noches de fiesta y, entre la gente, lo encontré a el. Hacia casi dos lustros que no nos veíamos, pero nos saludamos como si hubiera sido ayer la ultima vez. El barullo de la gente hizo que el grupo se separa y nos quedamos apoyados en la esquina de una tienda mientras hablábamos de nuestras vidas actuales.

No dio tiempo a mucho más porque, inesperadamente, el se lanzo a besarme. Y de verdad, no tengo palabras para describirlo. La ultima vez que nos besamos, y que nos vimos, fue el día que nos dijimos adiós, allá por 2001.

No podíamos separar los labios. Desconozco el tiempo que estuvimos solos apoyados en aquella incómoda esquina que nos hizo volver atrás en el tiempo. Fue algo mágico. Aturdida por el momento, yo no era capaz de articular palabra. Tuve miedo de que pensara que con los años me había vuelto una tonta pero el sabia perfectamente que mi bloqueo se debía a él. Me dijo que recordaba aquellos días de 2001 como si fueran ayer, que parecía que el tiempo no había pasado entre nosotros porque nuestros besos sabían igual que entonces. Me abrazó y se escabulló entre la multitud.

No se lo había contado a nadie, excepto a mi amiga que estaba allí porque tenia miedo de que la magia se desvaneciera. A mi no me suelen pasar cosas de este estilo, ni ha vendo la tuna a rondarme (gracias al cielo!) ni me han llevado flores a mi lugar de trabajo ni han hecho grandes locuras de amor por mí, pero creo que esto ha sido una de las cosas más increíbles que me han pasado en los últimos años. Es cierto que el primer amor no se olvida, al menos a mi no se me ha olvidado. Ahora las cosas son muy diferentes en mi vida y sé que en la suya también, pero me queda la satisfacción de saber que nunca se quiere en vano a alguien.

Ese día, de alguna manera, recuperé mi corazón, entero, sin añicos. Y ahora no estoy dispuesta a volverlo a entregar si no es para vivir algo grandioso como lo que me ha ocurrido, aunque sea apoyada en una esquina.

miércoles, 7 de enero de 2009

Dias de cine

Estos días que he vuelto por aquí he aprovechado para ir al cine. Solo he visto dos películas: Crepúsculo y Australia.

De la primera me ahorro comentarios porque no me gusto nada y me duele recordar los 6 euros de la entrada xD.

En cuanto a Australia he de decir que también salí algo decepcionada del cine, con una sensación confusa que no se si era desconcierto o estupefacción pero creo que es una película que merece la pena ver.

Esperaba ver muchos más paisajes australianos al natural, no tan retocados ni tratados hasta la saturación como los encontré. Tampoco esperaba ese toque de humor, ni los clásicos tópicos de mujer adinerada y culta se enamora de vaquero salvaje , ni que la pareja formada por la expresiva Kidman (todo lo que las inyecciones de botox le permiten, claro) y Mister Jackman (ay que me babeo otra vez!) me dijeran tanto por separado y tan poco juntos.

Sin embargo, aunque será una película que no volveré a ver por iniciativa propia en casa (básicamente porque solo hay una película que ha conseguido mantenerme en el sofá de mi casa desde el principio hasta el final, y es “Lo que el viento se llevó”) , debo decir que me quedo con que la estupidez humana llega a limites insospechados y jamás entenderé porque hubo ( y hay) seres humanos que discriminan a las personas por su color de piel sin darse cuenta que están rechazando su propia naturaleza.

¡Que fácil seria todo si nos pusiéramos en el lugar del prójimo!

lunes, 5 de enero de 2009

Olivia quiere estar sola

Era algo que llevaba pensando unos días. No me apetecía llamarle, ni quedar con él y mucho menos besarle. Me preocupaba más en disfrutar de mi rutina diaria en mi nuevo lugar de destino que en pasar el día con la persona que , de alguna manera, me había llevado hasta allí.

Siempre he pensado que cuando empiezas a cuestionarte asuntos de una relación es porque la cosa pinta fea.Por eso ,f iel a mi instinto, decidí romper con la situación.

No hubo reproches ni lágrimas ni siquiera explicaciones. Le dije adiós y me di la vuelta.

No sé si habrá sido la manera correcta de hacerlo pero en ese instante pesaba mucho lo que yo quería que lo que pudiera sentir él. Necesito que me adoren, que se arrastren, que me veneren o no pretendo dar nada de mí

¿Me habré vuelto una egoísta despiadada?

Puede que todo lo vivido el año pasado me haya hecho más fuerte ante determinadas situaciones y ahora piense primero en mí y sólo en mí y soy consciente de que así no se puede mantener ninguna relación de pareja, al menos como yo la concibo

Por eso he decidido darle una oportunidad a mi soledad

sábado, 3 de enero de 2009

New Year

Todos los años en el mes de Diciembre hago balance de lo que ha ocurrido en mi vida durante esos 12 meses. Este año no iba a ser menos, pero a diferencia de otros, no lo guardare para mí. No voy a negar que ha sido un año complicado con muchos altibajos emocionales, con miles de kilómetros a las espaldas y muchas experiencias vividas. Es por eso, que sacando una vez mas mi lado optimista, creo que ha sido el mejor año en cuanto a vivencias personales. He crecido mucho como persona y, sobre todo, como mujer.

Me llevo un montón de cosas de 2008: los nuevos amigos, los nuevos amores, la decisión de empezar a escribir este blog, que nunca os podréis imaginar lo que me ayudó en los momentos más bajos.

Este año me he dado cuenta de que todo lo que uno se propone, se puede llegar a conseguir. Mas tarde o más temprano, pero las cosas salen, solo hay que tener fe en ellas y ser constante.

No pido nada especial para este año que ha entrado porque prefiero dejar que la vida me sorprenda como hasta ahora. Seguiré buscando una nueva ubicación en el mundo para mí.Ya no pienso seguir en Portugal (y esto que va ahora es una primicia) y he decidido que este año me lo voy a dedicar enterito a mi misma así que he puesto punto y final a mi ultima relación (tranquil@s que no os voy a dejar con las ganas de saber los detalles, pero lo dejo para mi próxima entrada)

Empiezo este nuevo año algo cansada después de la resaca de las fiestas pero con mucha ilusión.

Y por supuesto os deseo un FELIZ AÑO 2009!!!